Twitter: @JaviVillegas97

martes, 1 de enero de 2013

Antes de Morir I


En una tierra lejana, en uno de esos pequeños condados que ni siquiera aparecen en los mejores mapas, vivía Fernando, un honrado campesino  que atravesaba una mala época, vivía como podía, y no tenía unos grandes ingresos, pero a pesar de ello,  era feliz. Cierto día estaba tan agotado de trabajar las tierras del campo que cuando llegó a su humilde hogar no tardó en dormirse, pero quizá desearía no haberse ido nunca a dormir, tuvo un sueño espantoso, en él se le apareció la muerte, advirtiéndole que únicamente le quedaban veinticuatro horas de vida y que después,  todo terminaría. El campesino despertó sobresaltado, no sabía si era realidad o si era una simple pesadilla, pero cuando leyó la carta que estaba sobre su escritorio, no tuvo dudas. Estaba escrita en cursiva con una impecable caligrafía,  y venía a comunicarle que su sueño era tan real como el papel que portaba en su mano.

El campesino, que vivía solo y era conocido como un ermitaño, se asustó mucho, no sabía que pensar, y tras un escaso momento de reflexión decidió que, ya que iba a morir, debería aprovechar esas horas , ya fuera cumpliendo objetivos, metas, o simplemente disfrutando de lo que parecía que iba a terminar.

1ª Hora:
Durante esta hora, pensó en realizar demasiadas cosas, por lo que, tras ordenar sus prioridades, en lo cual perdió casi la mitad de ésta, decidió ir a visitar al que consideraba su único amigo, el cual no vivía excesivamente lejos de su morada. Anduvo durante no mucho tiempo, y cuando llegó, sin comunicarle absolutamente nada de lo acontecido en su sueño, se echó a sus brazos, y le explicó que quería pasar un rato con él, decidieron ir de pesca, aprovechando que su casa se encontraba cerca de un sitio ideal para practicarla, pero al poco rato y cuando sólo habían conseguido algunas piezas, Fernando le comunicó a su amigo que debía marchar, concluyendo así su primera hora antes de morir. Había gastado una de sus horas, pero había compartido con su amigo una afición que siempre les había unido y además colocó en su abrigo una carta de despedida, la cual confiaba en que no leyera hasta que hubiera fallecido. La carta venía a decir lo siguiente:

“ Estimado amigo:
Supongo que mereces una explicación de lo acontecido, si he fallecido, porque el destino así lo quiso, pero, por suerte, conté con el privilegio de poder disfrutar mis últimas horas y , por ello, una de éstas decidí gastarla contigo, durante estos años, he disfrutado mucho de tu compañía y me siento muy afortunado de haberte conocido, te deseo que mi ausencia no te cause trastorno alguno y que disfrutes al máximo.
Un abrazo Fernando”

1 comentario:

  1. Es uno de los mejores blog, que he encontrado por internet, sigue escribiendo, esta última historia tuya promete mucho:)

    ResponderEliminar