Yo siempre he tenido una gran cruzada frente a la igualdad de género, aunque a mí me gusta más decir igualdad de posibilidades. Obviamente hombre y mujer no somos iguales (el igual sólo existe en matemáticas, cualquier cosa que sea tangible no es igual a otra). Me he animado he escribir sobre ello por fin gracias a ciertas cosas que han pasado: la elección como sucesora de Emilio Botín a su hija Ana Patricia, y que se vayan a celebrar en los próximos días la fiestas patronales de mi pueblo.
Cuando me enteré el día que murió Botín de que su hija probablemente fuese su sucesora me mantuve escéptica, pensé que algo harían para plantar a un hombre de presidente, siendo aparentemente la más preparada para el cargo una mujer. Me alegré muchísimo de no haber acertado, pensé que el mundo podría estar cambiando. Con esos pensamientos llegué a mi pueblo, dispuesta a pasar unos buenos días. Esta mañana acudía a un acto en el que toman cargo los mayordomos, damas y hermano mayor del año. Este último lee un discurso precioso y emotivo; es un puesto obtenido por sorteo, sobre el cual recae la responsabilidad de organización de los actos litúrgicos de las fiestas del pueblo y sólo puede ser ostentado por un hombre. El acto"central" de las fiestas es la procesión,donde algunos mayordomos y miembros de la junta de la hermandad la organizan, la función de las damas en todo esto es "adornar" al lado de los estandartes, que por supuesto no llevan (sé que pesan bastante pero creo que hay mujeres capacitadas para llevarlos) o acompañando a la imagen yendo al lado del hombre que va empujando la carroza. Peor es el caso de Ciudad Real, capital de la provincia (otro de los grandes problemas de España, pero de ese no voy a hablar ahora), se supone más desarrollada, pero sólo pueden ir acompañando de cerca a la imagen de la patrona hombres.
Personalmente estás cosas me sientan bastante mal y no es porque tenga muchísima devoción a estas imágenes (no son para nada lo más importante, a mí modo de ver) sino porque la mujer, sumisa, acepta tal relegación escudándose bajo la tradición, en el "siempre se ha hecho así". La tradición nunca, nunca, nunca implica que lo que se esté haciendo sea lo más correcto, casi todo debería estar sujeto a revisión y si procede cambio para adaptarse a los tiempos, para hacer efectivo eso que se proclama de boquilla en la sociedad, para pisar tierra; porque el camino se hace al andar.
Supongo que habrá gente que dirá que estos problemas nacen por ser un acto religioso, pero creo que las fiestas son el retrato de nuestra sociedad; al fin y al cabo para muchas personas son un encuentro social, un retorno de unos días a la tierra y no la Exaltación de la Cruz que celebramos. Yo formo parte de la Iglesia, hay cosas en ella que no comparto pero considero más efectivo trabajar desde dentro.
Para terminar, no quiero que piensen que defiendo la superioridad de la mujer sobre el hombre (sería un mal tan grande como el que describo). Simplemente, creo en que desde nuestras capacidades, diversas por supuesto (pero también entre las personas lo son), tengamos todos como personas semejanza de oportunidades desde la que cada uno hará lo que mejor sepa, pueda y quiera hacer. Dejémonos enriquecer por esta diversidad.
Por fin te animas a escribir algo, lo malo es que no puedo debatir nada porque pienso igual que tú, pero tengo la seguridad de que llegará el momento. Gracias.
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