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martes, 5 de noviembre de 2013

Echar de menos es bonito.



Según la RAE, en una de sus acepciones, echar de menos a alguien o algo viene a significar tener sentimiento por su pena y su falta, y a pesar de mi respeto por lo señores académicos, no podía estar más en desacuerdo, porque a simple vista parece que es algo feo y no.

Echar de menos es bonito, y que alguien tenga valor a negarmelo. Echar de menos significa que alguien es importante para ti, que una persona ha creado un hueco en tu interior, que se ha anclado a tus recuerdos, que ahora forma parte de tu vida y que no vas a poder olvidarla, la recordarás más o menos, estará presente en mayor o menor medida  en tu camino, conforme decida el destino, pero nunca dejará de estar presente. 

Echar de menos, también nos crea angustia, o nos entristece; precisamente  por ello también nos enseña a valorar aquellas personas que poseemos simbólicamente, nos enseña a creer en las personas.

Echar de menos es algo más que añorar a alguien, es algo más que el simple hecho de echar en falta sus risas, o su voz, es algo que atraviesa la barrera de los pensamientos para instaurarse en nuestros sentimientos, es fuerte y valioso, quizá sea una de esas cosas que no aprendemos a valorar, que no nos gustan, pero que en realidad nos hacen más grandes por dentro.

Las barreras se rompen, la distancia nos la comemos, aún más hoy en día, pero los sentimientos permanecen, si un día echaste de menos a alguien, ya jamás dejarás de hacerlo. 

Si  te echan de menos, es que algo hiciste bien.


Para: GRRS

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