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martes, 18 de diciembre de 2012

Entre la Niebla IV


A la mañana siguiente se despertó, miró por la ventana y volvió a pensar en qué Lara había fallecido, pero, de repente, su madre entró entusiasmada en la habitación,  con un periódico local en la mano, le señaló un titular que venía en la portada: “El cadáver de la joven hallado, no pertenece a Lara Molina”. Ante esto un cúmulo de emociones se juntaron en el interior de Víctor, le tranquilizó mucho el saber que no era Lara, pero sus miedos ahora seguían abiertos…

Tras leer pacientemente el artículo, en el que el forense aclaraba que el ADN del cadáver no coincidía con el de Lara, decidió llamar a Claudia, la conversación fue breve y fría, la hermana de Lara no le guardaba rencor, pero tampoco le agradaba mucho el hablar con él.

Víctor no sabía qué hacer, estaba totalmente bloqueado, así que cogió un papel y un bolígrafo y escribió todo lo que sentía, buscaba en el papel un consuelo que nada ni nadie le podía otorgar, y anhelaba el poder volver a ver a Lara, poder volver a besarla,  a sentirla cerca, a oír su voz… 

De nuevo la climatología no era muy tranquila, granizaba con fuerza en la pequeña ciudad de entre las montañas, y el granizo hacía estragos en los coches, ventanas, etc.. Víctor, decidió ir a casa de su mejor amigo, llevaba cinco días sin tener noticias de él, ya que no había ido al instituto y tampoco se había puesto en contacto con nadie. Cuando llegó, Luís, le recibió con los brazos abiertos, y no pudo evitar preguntarle qué tal se encontraba, Víctor no supo expresar bien todo lo que sentía, estaba totalmente derrumbado y no le quedaban fuerzas para seguir con lo que le parecía insuperable, Luís no era un gran consejero, pero sabía escuchar y aunque a menudo sus bromas solían hacer reír  a Víctor, esta vez, se reservó, no era el momento más oportuno.

Luís le contó a Víctor, que en el instituto todos estaban muy preocupados por Lara, pero también por él, era conocido por todos el gran amor que compartían, y evidentemente era el principal tema de conversación entre los pasillos, ésto no sorprendió en absoluto a Víctor, daba por hecho que sus nombres estarían continuamente en la boca de todos sus amigos, pero tampoco le molestaba, en definitiva era algo que había ocurrido y no se podía negar.

Después de haber pasado un buen rato hablando y haber recibido un intento de consuelo por parte de su amigo, marchó de casa de Luis, para dar un simple paseo, ya no granizaba, y un tímido sol dejaba entrever un arcoíris a medio formar, anduvo un buen rato por distintas callejuelas que hasta ahora eran desconocidas para él, y cuando estaba a punto de comenzar a emprender el camino hasta  su casa, su teléfono le asustó cuando comenzó a sonar su canción favorita, pero aún más le asustó , ver que en la pantalla aparecía el nombre de Lara, con su número de teléfono debajo, pudo sentir un torrente de adrenalina recorriendo  su cuerpo, pero también pudo sentir miedo, angustia, preocupación, felicidad… Todo ello antes de descolgar el teléfono y…


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